El de esta semana es un relato muy breve pero que encierra una bonita lección de vida; un mensaje positivo, que a la vez sirve de consejo. Y es que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Con vosotros, “El ingenio de una hormiga”.
Hace un tiempo me puse a observar detenidamente la vida de las hormigas, y confieso que quede asombrado al verlas trabajar con tanto orden y empeño. Sacrificadas y laboriosas, ejemplifican algunas de las virtudes que el hombre debería tomar como ejemplo para imitar.
Un buen día, una hormiga en particular atrajo mi atención. Negra y de tamaño mediano, llevaba como carga una pajita que era seis veces más larga que ella misma.
Después de avanzar casi un metro con semejante carga, llegó a una especie de grieta, formada entre dos grandes piedras. No era demasiado ancha pero sí muy profunda. Probó cruzar de una manera, pero su esfuerzo fue en vano. Lo intentó de otra, pero tampoco lo logró. Una tercera… y nada. Sus intentos habían resultado baldíos.
Hasta que por fin la hormiguita, tras unos instantes de reflexión, hizo lo insólito. Demostrando gran habilidad apoyó los extremos de la pajita en un borde y otro de la grieta. Acababa de construirse su propio puente, sobre el cual pudo atravesar el abismo. Al llegar al otro lado, tomó nuevamente su carga y continuó su esforzado viaje sin el mayor problema ni nuevos inconvenientes.
La hormiga había sabido convertir su carga en un puente, y de esa manera pudo continuar su camino. De no haber tenido esa carga, que bien pesada era para ella, no habría podido avanzar en su marcha.
¿Cuántas veces nos quejamos por los problemas, las cargas y las pruebas que debemos soportar? Pero sin darnos cuenta, esas mismas cargas -bien tomadas- pueden convertirse en puentes y peldaños que nos ayudan a triunfar.
Moraleja: ¿Cuántas veces nos quejamos por los problemas, las cargas, pruebas y obstáculos que la vida pone ante nosotros y debemos soportar? Pero sin darnos cuenta, esas mismas cargas pueden convertirse en puentes y peldaños que nos ayuden a impulsarnos para triunfar. Por ello, en vez de lamentarnos de nuestro infortunio deberíamos buscar el lado positivo para revertir lo que en principio parece un problema y convertirlo en virtud y trampolín de futuros éxitos. Como dijo una vez alguien acertadamente: todas las crisis representan oportunidades de futuro.