AJEDREZ EDUCATIVO – La rana y el agua hirviendo

En su recorrido vital el hombre cambia a la par que lo hace su entorno y las circunstancias que lo rodean. Y es fundamental detectar los cambios que se produzcan y saber adaptarse a los nuevos escenarios. “La rana y el agua hirviendo”, título del relato corto de esta semana, nos ayudará a entenderlo de manera ilustrativa.

Una rana saltó un día a una olla de agua, sin saber que estaba hirviendo. Nada más sumergirse en el agua saltó de inmediato para salir y escapar antes de morir achicharrada. Su instinto le había salvado la vida.

Otro día, esa misma olla estaba llena de agua fría. La rana pasó por delante y al reconocerla ni siquiera hizo ademán de acercarse.

Sin embargo, una compañera suya, que desconocía lo sucedido, saltó dentro y comenzó a nadar tranquila. Estaba realmente feliz en aquella piscina improvisada.

Lo que la rana no sabía es que el agua se estaba calentando poco a poco, así que al rato el agua fría se transformó en agua templada. Pero la rana se fue acostumbrando a la subida casi inapreciable de temperatura, y allí seguía, nadando plácidamente en el agua.

Sin embargo, el agua seguía subiendo muy poco a poco de temperatura, y de templada pasó a ser caliente, y de caliente, a hirviendo. Y la rana acabó muriendo achicharrada porque no se había dado cuenta de que el calor aumentaba de forma tan leve y gradual que su cuerpo se iba acostumbrando a él.

Moraleja: Si te vas acomodando y acostumbrando a los cambios que llegan sin reflexionar sobre ellos puede que pierdas la visión de la realidad y termine afectando a tu calidad de vida. Busca siempre lo mejor para ser feliz pero nunca pierdas la perspectiva del lugar donde te encuentras.

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