Es humano querer mejorar; tanto como huir del conformismo. Pero no confundamos el deseo de prosperar con una avaricia desmedida, tan nociva como el propio conformismo. La lectura de “La gallina de los huevos de oro” nos ayudará a entender la diferencia.
Érase una vez un pobre labrador que vivía en el campo. Tan solo subsistía gracias a la ayuda de una vaca, a la que ordeñaba para alimentarse de leche, y con otras frutas y verduras que hallaba por el campo.
Un buen día, mientras trabajaba y se lamentaba de su mala suerte, se encontró con un duendecillo, que le dijo:
—Buen hombre, he visto la situación tan precaria en la que vives y quiero ayudarte a cambiar tu suerte. Te regalo esta gallina, que es tan maravillosa que todos los días te pondrá un huevo de oro.
El hombre, estupefacto y sin ser muy consciente de lo que había pasado, cogió la gallina y se la llevó a su corral, mientras el duende desaparecía.
A la mañana siguiente el labrador acudió a ver a la gallina y se sorprendió cuando encontró un huevo de oro. Lo cogió, lo guardó a buen recaudo en una cesta y se dirigió a la ciudad con intención de venderlo. Allí lo puso en venta por un precio razonable y volvió a casa.
Al día siguiente regresó al corral para ver a la gallina y encontró otro huevo de oro. El hombre no cabía de gozo.
—Se acabaron los días de penurias—, exclamó en voz alta lleno de satisfacción.
Cada día se levantaba temprano, recogía el huevo de oro y lo vendía en el pueblo. Se estaba convirtiendo en el hombre más rico de la comarca cuando un buen día pensó:
—¿Por qué esperar todos los días a que la gallina ponga un huevo? Si la mato conseguiré toda la riqueza de golpe.
Y así procedió. La mató, la abrió y no encontró nada, solo vísceras y tripas. Era una gallina igual que las demás. Para su desgracia se acababa de quedar sin la gallina y sin la fortuna.
Moraleja: La avaricia rompe el saco, así que preocuparos en conseguir lo que queréis mediante el trabajo duro, el sacrificio y, sobre todo, a su debido tiempo. Sed pacientes, que todo esfuerzo tiene su recompensa.