Esta vez nos hemos decantado por una hermosa leyenda de origen maya llamada “El perro fiel”. Con semejante título de más está decir la virtud que queremos poner en valor. Y en torno a ella gira la trama de “El perro fiel”.
Érase una vez un hombre tan pobre, tan pobre, tan pobre que siempre estaba enfadado y terminaba pagando sus males con su perro, al que maltrataba con frecuencia.
Kakasbal, el espíritu del mal, vio aquello como una oportunidad, así que un día se presentó ante el animal y le dijo:
—Veo que tu amo te trata mal. No mereces eso. Si quieres yo te puedo ayudar a escapar de él.
—¡Oh, no! Debo serle fiel—, respondió el animal.
—Pero él no te lo paga como es debido—, replicó Kakasbal.
—Lo sé, pero le debo fidelidad—, repitió el perro.
—Nunca te lo agradecerá—, apostilló el espíritu maligno.
Tanto insistió el demonio que al final el perro accedió.
—Y dime, Kakasbal, ¿qué debo hacer a cambio?—, preguntó entonces el chucho.
—Tienes que entregarme tu alma—, le comunicó el espíritu.
—Te entregaré mi alma si consigues contar cuántos pelos tengo—, añadió el perro.
El demonio comenzó a contar sus pelos desde la cabeza, pero al llegar a los pelos de la cola, el can recordó la fidelidad prometida a su amo y dio un salto.
—Si te mueves no podré contar—, protestó Kakasbal. Y comenzó la cuenta de nuevo.
Pero cada vez que llegaba al final el perro se revolvía y el demonio perdía la cuenta. Así hasta cincuenta veces. Y Kaskabal, cansado, le dijo:
—Déjalo; ya veo que no lo conseguiré nunca. Además, acabas de darme una lección. He entendido que es un millón de veces más fácil comprar el alma de un hombre que el de un perro.
Moraleja: Varias son las enseñanzas que nos deja el cuento. Empezando por la fidelidad, un valor a menudo denostado y poco agradecido, que no siempre está bien pagado, ni siquiera con gratitud. Sin embargo, las personas fieles sienten que es su obligación, y ese sentimiento está por encima de todo. Eso, sí, mucho ojo, porque la fidelidad hacia quien te maltrata no es tal sino sumisión.
La leyenda también rinde tributo al perro, el único animal capaz de sentir y demostrar un grado de fidelidad extrema. El único capaz de entregarlo todo por su amo.
La última reflexión es que siempre encontraremos tentaciones a lo largo de la vida. A menudo daremos con un Kakasbel que nos ofrecerá una solución rápida a nuestros problemas. La decisión está en nuestras manos.