Esta semana os traemos una historia basada en hechos reales acaecidos durante la conquista de América por parte de los españoles. “El perro del conquistador” nos recuerda la importancia de uno de los valores básicos en las relaciones humanas: el respeto.
Cuenta una antigua leyenda de México que hace mucho tiempo, durante la conquista de América por los españoles, ocurrió algo insólito con unos animales: los perros que usaban para asustar y atacar en los poblados indígenas.
Estos perros, de raza mastín y alana, estaban acostumbrados a recibir un trato brusco y agresivo por parte de sus dueños y a atacar. Por lo tanto, no dudaban en morder y atacar a los indígenas, que salían corriendo asustados. De esta forma, los españoles contaban con un eficaz arma para adueñarse de los territorios y seguir avanzando.
Pero en una ocasión, en un pequeño poblado indígena de Coahuila, mientras toda la población huía de los feroces animales, una joven india que se había quedado rezagada se detuvo y agachó para ponerse a la altura de los perros. Entonces, a pesar del pánico que sentía ante los colmillos de uno de los animales que estaba a punto de atacarla, se dirigió a él con voz dulce:
—Eh, perrito, perrito lindo, no tengas miedo.
El animal, que no estaba acostumbrado a un trato tan dulce, se quedó paralizado y continuó escuchando, a pesar de no entender lo que decía la muchacha:
—Ven, perrito lindo, no te haré daño—, seguía diciendo ella.
Y, para asombro de los soldados que contemplaban la escena, el perro se acercó a ella y se dejó acariciar, para luego lamer sus manos y seguirla cuando la joven comenzó a correr. Ambos terminaron adentrándose en la selva y los soldados no volvieron a ver al animal.
Desde entonces,muchos otros perros como este siguieron a los habitantes de los poblados indígenas, pues escogieron el trato respetuoso y cariñoso frente a la agresividad y el desdén.
Moraleja: Si tratas a alguien con respeto, este te tratará a ti con el mismo respeto. El respeto se consigue con respeto.
Además, del respeto nace el agradecimiento, tal y como sucedió con los perros de nuestra historia. Cuando alguien te muestra respeto y confianza de pronto percibes un sentimiento hondo de gratitud dentro de ti.